La Infraestructura verde es un sistema de espacios que mejoran la salud de los ecosistemas, la resiliencia de las ciudades y crean biodiversidad. Es fundamental en los espacios donde el ser humano habita y se relaciona, especialmente considerando la estrecha relación que existe entre la del fomento de la calidad de la arquitectura y el bienestar de las personas, por ello cobra importancia el buen diseño y mantenimiento de estas áreas verdes.
En las ciudades, la transición ecológica pasa por una descarbonización del parque construido, las viviendas y espacios habitables, y también es fundamental la restauración de ecosistemas, donde además se proporcionan oportunidades de negocio que pueden contribuir al crecimiento económico y a la generación de empleo vinculadas al desarrollo y gestión sostenible de los recursos naturales.
Con este objetivo debemos proporcionar una mejora en el paisaje, una correcta gestión de los recursos hídricos y un cuidado del arbolado urbano, todo ello mediante una jardinería respetuosa con el medio ambiente y teniendo en cuenta los siguientes aspectos de sostenibilidad y economía circular:
• Optimizar el consumo de materiales. Es importante, por una parte, minimizar el consumo de recursos naturales y, por otra, utilizar materiales de bajo impacto ambiental, respetuosos con la salud y el medio ambiente.
• Proteger y fomentar la biodiversidad. Las zonas verdes albergan una rica y diversa flora y fauna, contribuyendo al mantenimiento del material genético.
• Gestión sostenible de los residuos, minimizando su generación mediante Reducción, Reutilización y Reciclaje.
• Reducción de emisiones de CO2. Empleando materiales y técnicas que reduzcan la necesidad de mantenimiento, reduciendo el consumo de materiales sintéticos y favoreciendo la salud vegetal que contribuye al reciclado del CO2.

Las Cubiertas ajardinadas como SUDS (Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible)
La gestión hídrica en las zonas urbanas es clave para dar continuidad al ciclo del agua. Debido al crecimiento de las ciudades, en la mayoría de las ocasiones, se produce un aumento de la superficie impermeable, lo que conlleva a una modificación del curso natural del agua. Al verse alterada la hidrología, se producen inundaciones, se contaminan las masas de agua y se aumentan los costes de construcción y mantenimiento de infraestructuras y espacios urbanos.
Las cubiertas ajardinadas intervienen en el ciclo hídrico y actúan como SUDS (Sistemas Urbanos de Drenaje Urbano Sostenible). Mientras que los sistemas tradicionales se basan en trasladar lo antes posible el agua hacia los puntos de descarga, los SUDS ofrecen un cambio de paradigma al respecto. Su objetivo es gestionar la escorrentía allí donde aparece en primera instancia, y lo hacen tratando de infiltrar, retener o almacenar la mayor cantidad de agua. Así pues, se consiguen los objetivos principales que son la disminución de las puntas de caudal y la reducción del volumen total de agua a evacuar fuera del sistema. Paralelamente a la gestión de las escorrentías, los SUDS tienen el objetivo de mejorar la calidad del agua y esto lo consiguen intensificando los procesos físicos, químicos y biológicos capaces de retener y eliminar contaminantes. Son capaces de aumentar los tiempos de retención del agua, lo que facilita la sedimentación de los contaminantes suspendidos; sus sustratos interceptan y retienen contaminantes y, finalmente, sus comunidades macro y microbiológicas eliminan o absorben estos contaminantes.