La turba es una de las materias primas más empleadas para la producción hortofrutícola por sus propiedades y características orgánicas. No obstante, poco se sabe de su origen, las turberas, y de lo importante que son para la preservación de la biodiversida del planeta. En este post te lo contamos.
¿Qué son las turberas?
La turbera es una especie de humedal ácido en el cual se han acumulado durante miles de años grandes cantidades de materia orgánica en forma de turba sin llegar a descomponerse del todo.
Generalmente, las turberas tienen su origen con la desaparición de los glaciares, dejando paso a zonas con grandes depresiones del terreno que fueron colonizadas por una gran cantidad de especies vegetales. Entre estas especies se encuentran las briófitas, como el musgo del género Sphagnum, uno de los principales componentes de las turberas.
Forman parte del 50% de los humedales del mundo, pero sólo representan el 4% aproximadamente de la superficie del planeta. Debido a su origen glaciar, se encuentran principalmente en zonas de bajas temperaturas y de precipitación abundante durante todo el año.

Esenciales contra el cambio climático
Las turberas juegan un papel vital en la lucha contra el cambio climático, ya que son los reservorios de carbono más grandes en un ecosistema terrestre. De hecho, pueden almacenar el doble de carbono que toda la biomasa de los bosques de la Tierra. Por tanto, si se liberara su contenido, se duplicaría la cantidad de carbono en el planeta.
La intervención del ser humano es uno de los factores de mayor riesgo para la supervivencia de las turberas. La extracción de turba Sphagnum para su uso en agricultura es uno de estos factores de riesgo si no se realiza responsablemente.
La turba kekkilä y su compromiso con el medio ambiente
En Projar somos distribuidores exclusivos de la turba Kekkilä en la Península Ibérica. Procedente de las turberas de Estonia y Finlandia, uno de los aspectos que aportan valor a esta turba, además de sus propiedades orgánicas, es la responsabilidad medioambiental en su extracción.
La turba de Kekkilä se cosecha sólo en lugares cuidadosamente seleccionados donde se han obtenido permisos de extracción específicos de las autoridades locales. Estas áreas están seleccionadas, en parte, porque no tienen valor de conservación y, por lo tanto, no se vulneran áreas protegidas.
Conseguir la autorización por parte de las autoridades competentes es un proceso complejo que incluye la evaluación del lugar en cuanto a sus valores de conservación, así como que la empresa extractora elabore planes específicos para asegurar que la turbera se puede regenerar cuando haya terminado la extracción de la turba.
En este sentido, Kekkilä fue galardonada en 2015 por la Asociación finlandesa de Conservación de la Naturaleza (FANC) por la creación de un humedal para aves y un área de observación de aves en un área de producción de turba finalizada en el humedal Sammalistonsuo. Este proyecto, al igual que otros, refleja el compromiso de Kekkilä en restaurar la biodiversidad en las tuberas y crear un nuevo ecosistema ligado al carbono. En muchos casos, las áreas restauradas tienen incluso una biodiversidad mucho mayor que antes de la producción de turba.